El más porteño de los brasileños
Aunque vivió un tiempo en Buenos Aires, es la primera vez que se presenta en la ciudad como músico en el marco del ciclo Músicas del Sur II. Su fórmula: voz casi susurrada con influencia de la bossa, cuerdas y letras con saudade.Me gustaba caminar por las calles del centro, cerca de un departamento donde vivía por Lavalle mientras hablaba solo”, recuerda Thiago Pethit. “Repetía expresiones que había aprendido, para entrenar mi acento, como ‘Y buah…y buah’, ‘Che… loco’, ‘Viste…viste’”, escribe en perfecto castellano desde su computadora. Por la ventana, cuenta, ve un manojo apretado de edificios y antenas. Afuera llueve. Podría ser una postal porteña, pero ya no. Está en San Pablo otra vez. Nació allí en la primavera de 1983 y pasó una temporada en Buenos Aires hace cuatro años. En medio de una crisis vocacional como actor, decidió seguir la ruta difusa de la literatura argentina a través de Borges y sus muchachos orilleros que hablaban en lunfardo o de una chica de pelo revuelto y mirada de cristal roto, Alejandra Pizarnik. Acá comenzó a experimentar con poemas sonoros pero terminó estudiando canto en la Academia Nacional de Tango. Volvió a su país con unas cajas de cigarrillos Gitanes (en Brasil no los consigue) y un puñado de canciones propias, reunidas en el EP Em outro lugar. Así, Thiago cambió la actuación por la música. Mal no le fue: en poco tiempo se ha convertido en una revelación de la escena joven paulista.
El año pasado presentó su álbum debut, Berlim Texas, un disco dulce y melancólico que evoca el universo del vodevil. “Berlim Texas es un lugar determinado por la longitud de un tiempo distante, y la latitud de un mapa inventado”, escribió en su blog. “Un escenario imaginario, en que se alternan las noches frías de los cabarets llenos de humo de la Alemania prenazi y los días soleados –y regados de whisky– de los saloons texanos”. Este trabajo le valió elogios de Caetano Veloso, un premio en la MTV de Brasil como artista revelación y un lugar destacado entre los Nuevos Paulistas, un grupo heterogéneo de compositores jóvenes que mezclan ritmos de diversas latitudes.
Este músico vuelve a Buenos Aires para tocar por primera vez. Se presentará hoy a las 20 en el marco del ciclo Músicas del Sur II, organizado por el Centro Cultural San Martín y la Subsecretaría de Cultura de la Ciudad. Se trata de un mega festival gratuito que continúa hasta el 20 con la participación de unos 40 músicos brasileños, uruguayos y argentinos. Los shows son el Teatro 25 de Mayo (Triunvirato 4444), un escenario ideal para la propuesta de Pethit: construido a fines de los años veinte, su magnificencia europea evoca las noches a las que alude este artista.
Se crió entre una abuela actriz, un abuelo director de teatro y un padre que de joven tenía un grupo y luego trabajó en radio como DJ y presentador. “Por su trabajo, mi papá recibía un montón de discos promocionales de todos los artistas de su tiempo. Me enseñaba a escucharlos contextualizando sus historias, con datos de aquellos momentos en que habían grabado las canciones. Así es como conocí Os Mutantes, Caetano, Gal Costa o Chico Buarque”, recuerda. Aunque quedó impactado por el Movimiento Tropicalista –tan avant-garde al mixturar ritmos tradicionales, rock y psicodelia– su fascinación por el teatro en ese momento pudo más. A los nueve años, este chico (que en verdad se llama Thiago Fidanza Corrêa da Silvaes) se subió a un escenario para actuar con sus abuelos. Y decidió que la vida allí arriba era casi tan interesante como la de las películas viejas que adoraba. “Estaba bastante seguro de mi vocación actoral, aunque la edad fuera tan poca”, bromea.
Fue una chica quien, de grande, lo devolvió a la música y lo bautizó “Pethit”: la cantante Tiê. Se conocieron poco antes de que Thiago viajara a Buenos Aires, por un amigo común con quien ella ensayaba un espectáculo musical de cabaret francés. Alentado por su amiga, Thiago terminó dirigiendo el proyecto, participó de la escritura de algunas letras e inclusive hizo unos coros. “Me volví un personaje del cabaret, un presentador inspirado por el personaje de Joel Grey (de la película Cabaret, de Bob Fosse) que se llamaba ‘Monsier Pethit’, un nombre inventado por Tiê”, dice.
El secreto, entonces, consistía en encontrar la alquimia perfecta entre música y teatro. Lo que Thiago no sospechaba es que allí metería la cola el tango. Al llegar aquí, el músico descubrió a la cantante María de la Fuente (quien también fue actriz y actuó con las orquestas de Astor Piazzolla y Miguel Caló, entre otros) y comenzó a tomar clases con ella en la Academia Nacional de Tango. Así refinó el arte de la interpretación, aprendió unos cuantos secretos del lunfardo y se dejó seducir por la poética de amores contrariados cantados por Gardel o Goyeneche. “Mis amigos de Buenos Aires decían que yo era el más porteño y melancólico de los brasileños”, se ríe.
Thiago cree que hay un poco de verdad en ese chiste. Los once temas de Berlim Texas poco tienen que ver con una imagen postal de colores saturados, palmeras de verano eterno o ritmos pegadizos. Por el contrario, el músico junto a su banda (aquí tocarán Camila Lordy en piano, acordeón y percusión; y Pedro Penna en guitarra) proponen un clima íntimo, de voz casi susurrada con influencias de la bossa, cuerdas y letras plagadas de una saudade que sienten las personas de todo el mundo, aunque sólo la lengua portuguesa haya encontrado una palabra adecuada para un sentimiento tan inefable.
El disco incluye temas escritos y cantados en portugués, inglés y francés. “Esa mixtura me interesa. Lo global es bastante común a mi generación. Internet te contacta con gente de todos los lados y me sirve mucho como inspiración. Además, cada lengua tiene sus aspectos bellos en cuanto a sonoridad, sus privilegios de pronunciación y las resonancias particulares del universo que evoca. La idea es tener esta conciencia y darme libertad de jugar con todo eso”, reflexiona.
Por esto no es extraño que se interese por artistas de todo el mundo, en especial aquellos que exploran la teatralidad en sus músicas. En esa larga lista conviven Kurt Weill, Tom Waits, Nick Cave, Marianne Faithfull, Cida Moreira, Edith Piaf y Serge Gainsbourg. Además, el indie sueco de Lykke Li o el pop ultra comercial de Lady Gaga. También, la banda local Onda Vaga.
“Tocar en una ciudad por primera vez es como entrar en la casa de un desconocido. Es todo un desafío, pero si la persona es buena, te van a tratar bien”, escribe. Y dice que no, que esas zapadas iniciáticas en su departamento céntrico con pocos amigos no pueden considerarse primeros conciertos. Pero sí parte de un itinerario personal que, por casualidad o destino, lo devuelve a Buenos Aires una vez más.
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